sábado, 21 de junio de 2014


Mensaje en una botella

¿Dónde estás, amor de mi vida?
Dónde estás, que no te encuentro.
Me paso horas eternas
buscando en el firmamento
una señal, un indicio...
el más mínimo resquicio
por donde me llegue tu luz,
me enceguezca tu mirada,
me abraces cada alborada,
se haga realidad mi sueño
y mi dueño seas tú.

¿Cuántos años?...
ni me acuerdo
de cómo empecé este viaje.
Salí sin cargar más equipaje
que mi corazón henchido
de certezas y pasiones,
de sueños e intuiciones
de alcanzarte, amor mío.

Recorrí áridos desiertos,
frescas y fecundas praderas,
escalé diez mil laderas
acampando en las cimas
de las sagradas montañas.
Quizás cerquita del cielo
la luna me susurrara
y una estrella me guiara
al lugar de tu escondite.

Un cometa se apiadó
de mi desesperado anhelo,
me llevó, en raudo vuelo,
recorriendo la galaxia.
Allí divisé tu figura
entre la Tierra y el Sol,
incomparable belleza,
calidez, brillo, esplendor...
Al fin pude ver tu rostro
mi dulce y eterno Amor.

Alegría y desconsuelo
me invadieron a la vez...
haberte al fin encontrado,
hacer realidad mi sueño,
sentirte mi único dueño
y no poderte alcanzar
para emprender el regreso
al nido que quedó vacío
esperando por los dos.

Y me fui desvaneciendo
como una nube viajera
sin patria y sin bandera,
sin dueño, sin corazón…

El canto de las sirenas
me sorprendió entre las olas,
arena y caracolas
rodeaban mi nuevo hogar,
una botella ambareada
será ahora mi morada.
Y seguiré el viaje
con el vaivén de la marea
hasta posarme en la playa
tal vez algún enamorado haya
que me encuentre y me destape
y así poderle dar el mensaje
que guardo en mi corazón:

"Si deseas el verdadero Amor
no lo busques en forma humana,
que en su insondable ciencia, Dios,
dio vida a un sentimiento 
el más poderoso de todos,
el que nos une y hermana...
Si deseas el verdadero Amor
búscalo en cada corazón,
en cada sonrisa y en cada lágrima"

Lili Molet
Pintura de Jorge Murillo


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