domingo, 5 de abril de 2015


La Flor más bella de tu Jardín

(Dedicado a Pola Molet, quién con sus pocos libros y su mucha sabiduría me fue enseñando el Color de la Vida )

Te recuerdo, Madre, en aquellas tardes

que juntas solíamos hablar con las flores,
tatuar nuestra piel con todos sus colores,
con sumo cuidado quitar las malezas
y absorber la savia de la Naturaleza.

Margaritas y jazmines,
pensamientos, nomeolvides,
rosas majestuosas y pequeñas rosas,
frescias, tulipanes, flores de papel,
violetas silvestres y orquídeas exóticas
cada cual tenía un encanto peculiar,
eran fascinantes todas por igual…
respirábamos el aroma de su Fraternidad.

Allí, entre flores resecas y otras que germinan,
mirándote a los ojos comencé a descubrir
que la Vida es bella y no se termina…
La Vida es un ciclo que no tiene fin,
que todo renace luego de la muerte…
que se multiplica y se hace más fuerte.

Cada flor que deja sus pétalos caer
ofrenda a la Tierra cientos de simientes.
Bajo el manto del Suelo, en paciente espera,
verá a sus retoños adorando al Sol en la Primavera.

Dios quiso que fueras Tú, su más hermosa Flor
Dejando caer tus pétalos, ofrendaste el fruto de tu inmenso Amor…
Cientos de semillas fecundas habitan en lo más profundo de mi corazón.
En una Primavera si fin brotan y florecen, entregando al Mundo su aroma y color.

Tú, allí en el Cielo, cultivando Estrellas.
Yo, aquí en la Tierra, soy tu Flor más bella
pues nos sigue uniendo nuestra misma esencia…
Llevo impregnada en mi Alma tu dulce fragancia,
aroma a jazmines, recuerdos de infancia…

Tú, allí, mi Estrella…
Yo, aquí, tu Flor.
La Vida es eterna,
nos une el Amor.


Lili Molet