jueves, 22 de mayo de 2014


¿Dónde van los corazones? 

Alcé mis ojos al Cielo
y le pregunté a Dios:
¿Dónde van los corazones
que se quedan en la Tierra
cuando la almas se elevan
a su morada final,
a unirse con otras almas
en un coro celestial?

De pronto me envolvió un manto
bellamente iluminado
con luz de rayos plateados
que me regaló la Luna
y descubrí su figura
guiándome desde el Firmamento
hasta aquel campo sagrado
donde Dios me develó el secreto...

El Alma y el corazón
nunca han de separarse
pues ambos forman parte
del milagro del Amor,
del misterio de la Vida,
de la Naturaleza Divina
de toda la Creación.

Y aquel que palpitó un día
desbordante de pasión
late en la fecunda tierra,
su alimento es la savia
proveniente de las almas
que viven en comunión.

Late, crece, echa raíces
se hace Uno con el Todo,
confirmando la Hermandad
de todas las criaturas
que habitan en este mundo
y en el Reino Celestial.

Mi esperanza se renueva
y se disipa mi temor,
alzo los ojos al Cielo
dando Gracias al Creador.


Poesía y dibujo: Lili Molet


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